04 junio 2013

Michael Douglas asegura que sus relaciones de sexo oral le causaron el tumor


El cáncer de garganta ha sido un punto de inflexión en la vida de Michael Douglas del que no ha dejado de hablar todavía. Cuando ya parecía haber superado el trauma completamente, se ha vuelto abrir la caja de los truenos y todo por una cuestión enteramente morbosa y sexual, casi anecdótica que ha dado la vuelta al mundo. El actor de 68 años concedió una entrevista al diario The Guardian con motivo de su vuelta a la actualidad cinematográfica y surgió el tema, dando un giro inesperado a lo que hasta ahora había comentado el protagonista de Tras el corazón verde al respecto. Vino a decir –o eso terminó por interpretar ayer la prensa internacional– que el sexo oral le causó el cáncer de garganta, un mal asociado con el tabaco y el alcohol que durante años consumió y en amplias cantidades. «Sin querer ser demasiado específico, este cáncer está causado por el cunnilingus», señaló. 

El comentario no dejó indiferente a nadie, con las miradas apuntando ipso facto hacia su célebre mujer, la galesa Catherine Zeta-Jones, o incluso hacia otras mujeres que pudieron haber tenido intimidad con el actor, conocido por su poderoso apetito sexual en el pasado. De hecho, en la década de los 90 se dijo que ese problema, una adicción al sexo, había sido la causa de su ingreso en un centro de rehabilitación y no el alcohol, como él mismo se encargó de aclarar. 

Douglas fue diagnosticado en agosto de 2010, después de varios meses de molestias en la boca. El actor ya había estado en diversas consultas médicas, pero ningún galeno fue capaz de diagnosticar el problema hasta mucho más tarde, cuando ya estaba en una fase avanzada. Fue un especialista en Montreal el que descubrió el tumor en la garganta. «Nunca olvidaré la expresión en su cara», recuerda. «Me dijo: necesitamos una biopsia». 

En principio creyó que su mal estuvo asociado con el drama personal de su hijo mayor, Cameron, encarcelado desde hace un años por sus problemas con la droga. «Me llegué a preocupar por si el estrés tras el encarcelamiento de mi hijo lo había provocado. Pero sí, es una enfermedad de transmisión sexual que desemboca en cáncer». 

Esa cadena de incidentes del nieto de Kirk Douglas coincidieron con la época en la que el actor contrajo el cáncer en la garganta. El intérprete y amante de los veraneos en Mallorca invirtió tiempo para tratar de evitar el ingreso en prisión de su descendiente, pero al final fracasó. La sentencia fue de cinco años en un centro de Pensylvania en el que no ha tenido demasiada suerte. 

Hace unos meses volvió a ser noticia por haber sido víctima de una paliza que se saldó con una pierna y un dedo de la mano rotos, un ajuste de cuentas de mafiosos que tenían en la mira al también actor de 34 años. De acuerdo al New York Post, una recompensa de 100 dólares pesaba sobre la cabeza de Douglas. Cualquiera que se atreviera a darle una lección al famoso reo se llevaría el dinero, un deseo de revancha suscitado por la decisión de Douglas de declarar contra traficantes de droga con los que tuvo que ver durante años. 

Gracias a su testimonio ante el juez, su sentencia por tráfico de heroína sufrió una rebaja considerable, aunque poco después volvió a incrementar por otro delito. Fue descubierto tratando de introducir droga en el centro penitenciario en el que estaba recluido entonces. 
Pese a todo, Douglas ahora lo ve como una oportunidad para que su hijo salga adelante. «Entiendo que va a tener mucho tiempo para rehabilitarse», dijo tras su ingreso en la cárcel. «Mi hijo era traficante de drogas y trató de matarse a sí mismo, no puedo perdonar su comportamiento. A pesar de ello es un buen chico y no le apoyaría si no estuviese convencido», concluyó. 

No es el único miembro de la familia que ha tenido problemas en una dinastía marcada por el drama y la tragedia. Zeta-Jones, la mujer que entró en cólera con los médicos por no detectar el problema de su marido a tiempo, es ahora la que está tratando de superar los problemas derivados del desorden bipolar que padece desde hace años. 

La británica lo calificó de «medida proactiva, de mantenimiento» después de que en 2011 se presentara a un centro especializado en trastornos mentales de forma voluntaria. Se refugió entonces en un edificio no apto para bolsillos estrechos. A razón de más de 1.200 euros por noche, Zeta-Jones pasó cinco días en las 18 hectáreas de terreno de las instalaciones del hospital psiquiátrico Silver Hill, en New Canaan (Connecticut), rodeada de pistas de tenis, caminos solitarios por bosques frondosos, grandes chimeneas y alfombras persas. 

Esas recaídas desataron rumores sobre el delicado estado sentimental de su matrimonio, algo que el actor se encargó de desmentir esta misma semana. «Somos felices. Lo tengo claro», 13 años después de contraer matrimonio y con dos hijos fruto de esa relación, Dylan y Carys. 

Ambos se han mantenido activos en el capítulo profesional, especialmente Douglas, un secundario de lujo rondando los 70 años. El reciente estreno de Behind the Candelabra, el largometraje de HBO sobre la vida de Liberace, le ha devuelto a la actualidad, pasando por el festival de cine de Cannes. 

Es de suponer que el actor ha aprovechado la ocasión para crear conciencia. Douglas no es el primero que lanza la voz de alarma a sus seguidores en lo que a su salud se refiere. El más reciente y notorio ha sido el de Angelina Jolie al comunicarle al mundo que se había sometido a una doble mastectomía, temerosa de que sus genes le fueran a causar un cáncer como el que acabó con la vida de su madre y de su tía. 

Muchos años antes Michael J. Fox también pasó a hablar de su enfermedad, el Parkinson, cinco años más tarde de haber sido diagnosticado. Desde entonces, se ha convertido en santo y seña de la lucha contra el mal en todo el mundo, con constantes campañas que han ayudado a recaudar millones de dólares en busca de una solución. 

Magic Johnson también se vio obligado a admitir que portaba el virus del sida tras haber mantenido relaciones sexuales con una prostituta, una humillación pública que con el paso de los años se convirtió en referencia para otros enfermos. Más de 20 años después de su confesión, el empresario y leyenda del baloncesto sigue haciendo una vida normal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario