29 enero 2013

Hamburguesas de carne artificial



Mark Post (Amsterdam, 1957) ya sabe a qué sabe la carne artificial que está cocinando en su laboratorio. Dentro de unos meses el científico holandés presentará públicamente la que será la primera hamburguesa de carne artificial, una de las últimas aportaciones de la ciencia a la gastronomía de las que ayer se habló durante el congreso El Ser Creativo. Alimentación ConCiencia.

Aunque el investigador de la Universidad de Maastricht no trajo consigo ninguna muestra, aseguró que su textura y su aspecto empiezan a parecerse a los de la carne real. Post y algunos miembros de su equipo ya han cocinado y degustado minihamburguesas elaboradas a partir de células madre extraídas de vacas. Cultivándolas obtiene fibras de tejido muscular que ensambla una a una hasta dar forma a una hamburguesa, un proceso en el que invierte entre dos y tres meses. Hasta 3.000 fibras necesita para obtener una ración.


Asegura Post que su sabor es «lo suficientemente bueno». El próximo año añadirá grasa (también artificial) a la hamburguesa, con lo que confía en mejorar su sabor. «El objetivo es que no podamos distinguir la carne real de la artificial», resume.

A falta de hamburguesa sintética, el investigador accedió a posar con uno de los jamones que los asistentes a la feria Madrid Fusión están degustando durante estas jornadas gastronómicas. Y es que, aunque su proyecto está centrado en cultivar carne de vaca, el proceso sería muy parecido si quisiera imitar la carne de otro animal. De hecho, su objetivo inicial, que sustituyó por el de la hamburguesa de vacuno, era fabricar una salchicha de cerdo sintética.


Rodeados de productos tan ricos, es inevitable preguntarle sobre el rechazo que la carne artificial probablemente generará en el consumidor. Pero Post tiene claro que los alimentos sintéticos serán cada vez más necesarios para alimentar a una población que está aumentando rápidamente: «Necesitamos alternativas», afirma mientras degusta una copa de vino blanco. Según sostiene, la demanda de carne a mediados de siglo se incrementará en un 50% en todo el mundo, una previsión que hará que su precio se multiplique. Los alimentos artificiales, añade, ayudarán a reducir el gran impacto ambiental de la ganadería, responsable del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero.


Su proyecto cuenta con un presupuesto de 250.000 euros. Detrás de su financiación hay un rostro conocido del que Post no podrá revelar su nombre hasta que se presente públicamente la hamburguesa. Aunque es difícil de precisar, cree que la carne artificial tardará entre 10 y 20 años en llegar al mercado.

El pescado también podría escasear en las próximas décadas debido a la sobreexplotación de los mares. Lo recordó Pilar Pallarés, de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico: «Sólo una gestión responsable de la pesca, con una visión a largo plazo en la que participen todos los actores, incluyendo a la industria y a los consumidores, nos garantizará que sigamos disfrutando de las delicias del atún», señaló Pallarés.


Los astronautas fueron pioneros a la hora de consumir comida preparada en el laboratorio, aunque, afortunadamente para ellos, los alimentos que se envían al espacio han mejorado mucho desde las primeras misiones de los programas Mercury y Gemini. Grace Douglas, responsable del Proyecto de Tecnología Avanzada de la Comida en el Programa de Investigación Humana de la NASA, explicó ayer como se alimentan en el espacio, los productos que consumen y las investigaciones que se están realizando para lograr abastecer a seis personas durante los dos años y medio que, al menos, durará una futura misión a Marte. Todo un reto.

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