18 octubre 2012

Soosan Firooz es la primera rapera afgana



A simple vista parece muy modosita: viste de forma clásica y habla con una vocecita casi imperceptible. Pero cuando canta, se transforma. Eso es lo que ocurrió días atrás en un atípico festival de rock que se celebró en Kabul. Soosan Firooz no estaba en el programa, pero se enfundó una gorra, subió al escenario y arrasó, a pesar de que sólo había cantado antes una vez en público. Soosan, de 23 años, es la primera joven rapera de Afganistán. 

Asegura que se inició en el rap de casualidad. Vio cantar a un rapero en una cadena de televisión afgana, le gustó, y entonces ella empezó a tararear un pequeño texto que su madre había escrito sobre las penurias que la familia vivió en Irán y Pakistán en sus años de exilio en la década de los noventa. Uno de los responsables del programa televisivo Estrella afgana, una especie de Operación Triunfo asiática, la escuchó cantar y le aseguró que ella tenía futuro, aunque le recomendó que puliera un poco la letra de su canción porque incluía demasiadas connotaciones políticas. Y eso es lo que Soosan hizo.

De momento, la primera rapera afgana sólo tiene una canción, pero eso no quita que se pueda convertir en un fenómeno de masas. La letra de la tonada va como anillo al dedo al momento que Afganistán vive en la actualidad, con la inminente retirada de las tropas internacionales. «Durante años vivimos en campos de refugiados, donde licenciados universitarios tenían que trabajar como paletas», dice la canción, que Susan lleva grabada en su teléfono móvil y reproduce con orgullo.



«Hemos cruzado fronteras con el corazón partido», continúa la letra. Y acaba: «Después de todo esto, ni Irán, ni Pakistán, ni países europeos. ¡Queremos estar en Afganistán!». El año pasado su país se convirtió en el primer Estado del mundo en peticiones de asilo. No sólo los militares extranjeros preparan su marcha, la población afgana también se quiere ir. Nadie sabe qué ocurrirá en el futuro. 


Soosan desconoce si su canción evitará el éxodo masivo porque, admite, ella misma entiende que la gente ahora se quiera ir del país. Aunque de momento tiene previsto quedarse en Kabul. «Está preparando otra canción sobre mujeres», apunta su padre que, junto a su madre, no la dejan ni a sol ni a sombra. Ellos dos la empujaron al mundo del espectáculo. Ambos eran actores en Afganistán antes de la guerra, aunque después en el exilio se convirtieron en modistos. 


«Los gobiernos de Pakistán e Irán recibieron mucho dinero de la comunidad internacional para ayudar a los refugiados afganos, pero todo se lo quedaron para su propio beneficio», comenta la joven. Eso es lo que decía la letra originaria de su primera canción, pero después eliminó esa parte para evitarse problemas.

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