A día de hoy, las muertes de niños y niñas menores de cinco años en el mundo se han conseguido reducir en más de cinco millones desde 1990. Pero el propio dato entraña la mala noticia. Todavía son 6,9 millones de niños los que perecen a causa de la desnutrición, la falta de acceso a una sanidad básica para muchas madres parturientas y la escasez de vacunas y otros medicamentos capaces de hacer frente a las enfermedades. La ONG Save the Children presentó ayer el estudio 'Mapa de la supervivencia infantil 2012' donde, una vez más, la diferencia Norte-Sur se muestra en su cara más descarnada.
Mientras que Islandia, es el mejor país para nacer, ya que prácticamente todos los niños pueden acceder a una educación y sanidad de calidad; la otra cara sigue teniendo la piel oscura y responde al nombre de África. En el continente negro se encuentra la mayor tasa de mortalidad infantil. Como paradigma, Somalia, la que encabeza los peores datos. De 171 países estudiados, es en este territorio donde «uno de cada seis niños pierde la vida antes de los cinco años. Su índice de mortalidad se sitúa en 180 niños fallecidos por cada 1.000 nacimientos. La principal causa de este panorama es la desnutrición, que alcanza el 32%, mientras que el 70% no tiene acceso al agua potable», ha explicado Eduardo González, presidente de Save the Children en España.
Por su parte, España se encuentra en el puesto número 20, «situándose entre los países con mejores condiciones de vida para los más pequeños», aunque presenta peores datos que en anteriores informes. «La situación en España se deteriora», indica González. «En torno al 25% de los niños españoles se empieza a encontrar cerca de la pobreza. Es claro que la crisis golpea especialmente a las familias y a los inmigrantes que llegan con sus hijos. Sin olvidarnos de la dramática situación de otros países, no hay que desviarse de la problemática de nuestro propio país», señala González.
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