17 septiembre 2012

El robado de Kate Middleton



La familia real británica quiere poner freno a la difusión de las fotos en las que Kate Middleton aparece en topless. Por este motivo, los abogados de los Windsor acuden hoy a las 18.00 horas a los tribunales parisinos para demandar a la revista francesa Closer, que publicó el viernes el reportaje robado en el que se ve a la duquesa de Cambridge tomando el sol sin la parte superior de su bikini. 
Según informó a la BBC un portavoz del Saint Jame's Palace -sede administrativa de la corona donde el príncipe William tiene sus oficinas-, la demanda solicita a los jueces franceses que prohíban al paparazzi autor de las imágenes y al semanario propiedad del grupo Mondadori su cesión a otras cabeceras. Y es que el sábado los lectores del rotativo irlandés Irish Daily Star se desayunaron con la exclusiva de ver a la esposa del hijo mayor de Lady Di en monokini, tostándose al sol durante sus vacaciones provenzales, ante la mirada complacida de su marido. 


Para colmo, el magazine italiano Chi ha anunciado su intención de publicar hoy lunes las mismas fotos en una edición especial de 26 páginas dedicada a William y Kate. Otra vez una revista de Mondadori, controlada al 50,2% por el Grupo Fininvest de Silvio Berlusconi, cebándose con la familia real británica. Como si no hubiera sido bastante cuando, en julio de 2006, la misma cabecera difundió una foto en blanco y negro de Diana de Gales moribunda, con una mascarilla de oxígeno, momentos después del accidente de tráfico que le costó la vida en París en agosto de 1997. 

«¡Qué vergüenza!», tituló entonces el diario sensacionalista británico The Sun la noticia en la que criticaba duramente la decisión del editor de publicar esa instantánea de mal gusto. Ahora, el semanario milanés que leen 3,7 millones de ciudadanos vuelve a hurgar en la intimidad de los Windsor como si el ex premier italiano tuviera alguna deuda de honor con los herederos de Lady Di. 
«Lo que vamos a pedir esta tarde con carácter urgente al Tribunal de Grande Instance de Nanterre es una orden judicial prohibiendo la utilización de las fotos robadas», han recalcado los representantes legales del nieto de la reina Isabel II. «Y eso conducirá después a un proceso más largo por atentado contra la vida privada, en el que reclamaremos daños y perjuicios». 


La jurisprudencia francesa en esta clase de asuntos es particularmente dura desde que en marzo de 2012 el Senado aprobó una ley que reforzaba la protección de la vida privada, con capítulos especialmente dedicados a Internet. Además, no será la primera vez que Closer sea demandada por su exceso de celo a la hora de informar sobre la vida de las casas reales, los políticos o los famosos. 

El pasado mes de abril, los mismos magistrados de Nanterre que evaluarán hoy el affaire Kate condenaron a Closer a pagar 10.000 euros de indemnización y publicar un edicto judicial en portada por su acoso mediático a Charlotte Casiraghi y su novio, el actor Gad Elamaleh. Y ahora que hay un trasfondo político, no resulta probable que sus señorías se vuelvan permisivos. «Lo grave de este asunto no es que hayan retratado a un miembro de la familia real con poca ropa», afirmó el sábado Saint James. «Lo grave es que William está destinado a ser algún día rey y tanto él como su esposa merecen un respeto». Por esta razón Londres y París están colaborando discretamente para identificar al reportero que consiguió el scoop y fue a venderlo a una revista francesa ante la negativa de comprarlo de diversas cabeceras británicas. 


Como se recordará, los duques de Cambridge llegaron el pasado 5 de septiembre al Château d'Autet en Vaucluse (Provenza, sur de Francia), propiedad de su primo el vizconde de Linley, para pasar unos días de vacaciones solos y en el más absoluto anonimato. Pero viajaron en línea aérea regular hasta el aeropuerto de Marsella y allí probablemente fueron localizados y seguidos. A menos que se haya producido un chivatazo. 
El caso es que un paparazzi paciente consiguió retratar desde un monte cercano a la duquesa tomando el sol en topless junto a la piscina y con su esposo untándole crema protectora en sus reales nalgas. Y ese desliz, tras la reciente juerga del príncipe Harry en Las Vegas, se ha convertido casi en una cuestión de Estado.

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