09 junio 2015

Una mujer que pierde más de 30 kilos asegura que era más feliz antes

Louise Andrews es una mujer de británica de cuarenta años que ha pasado de pesar de 90 kilos a 55 kilos, algo que muchas mujeres desearían conseguir.

Pero para ella no está siendo nada bueno y su perdida de peso se ha convertido en una presión diaria que no la deja vivir desde el mismo momento que pone un pie en el suelo al despertarse. 

Louise asegura que aunque ha perdido más de 30 kilos antes era mucho más feliz y que vive muy angustiada por su peso y por estar controlándolo diariamente.

“Lo que marque la báscula determinará mi estado de ánimo durante todo el día, si peso un kilo más, no querré ir a trabajar y perderé la paciencia con mis hijos”.

A pesar de haber conseguido semejante reto por lo que debería estar feliz del todo por haber perdido 8 tallas, ella se siente una mujer insegura y con una sensación de culpabilidad continua.

“Mi marido Leigh me ama dándole igual lo que pese, por lo que es aún más ridículo mi enfado diario”

“Aunque me duela admitirlo, yo era mucho más feliz cuando estaba más gorda”. “Era más divertida para mi familia y amigos”

Ella nunca llegó a imaginar que tendría tantos problemas al adelgazar y aún diciéndole todo el mundo que tiene un físico envidiable, ella cree que nunca llegará a verse bien.

“Cuando voy a un cumpleaños con mis hijos y tomo pastel, a la semana siguiente me paso todo el día en el gimnasio”. Su marido Leigh ya habló con ella sobre el tema, incluso llegó a decirle que parecía que “el gimnasio era más importante que la familia”.

“Tarde o temprano, estos hábitos obsesivos puede que cuesten mi matrimonio”.

Su ida se ha convertido en una obsesión por el físico.

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