21 septiembre 2014

Si quieres ser famoso primero tienes que triunfar en el extranjero

Si quieres ser realmente famoso en España no tienes más remedio que triunfar en el extranjero antes. Un ejemplo sería Sarita Montiel. La joven starlet manchega, harta de hacer papeles secundarios en nuestro país, llegó a Hollywood en la década de los 50 después de una breve temporada en México y, tres películas más tarde, volvió triunfante a nuestro país.

Sarita se había convertido de repente en Sara. No solo había tenido a Rod Steiger, Gary Cooper, Burt Lancaster y Mario Lanza de parejas cinematográficas, traía atado al director Anthony Mann a su carro triunfal. 

Otro caso del síndrome Montiel es Antonio Banderas, que se fue a rodar Los reyes del mambo a California y volvió con una mujer blanca atada a su cuádriga que, además, era una excelente actriz nacida en el seno del patriciado angelino.

A Alvarno les ha pasado lo mismo. Durante varias temporadas Álvaro Castejón y Arnaud Maillard han desfilado discretamente y sin mucha alharaca en el off Cibeles para un grupo de incondicionales, pero ahora lo hacen por todo lo grande en MBFWM, después de su primera colección en París para la empresa andorrana Azzaro. 

No sólo eso, han decorado un coche para Mercedes-Benz, gran patrocinador de la fashion week madrileña.

La opulenta colección que vimos ayer divinamente cosida por Ojo de Aguja, taller que comparten con Ana Locking, no tiene mucho futuro en España, aunque posiblemente causaría estragos en Nueva York, donde aún quedan, aunque a punto de extinguirse, esas "ladies who lunch" que están peinadas, manicureadas y pedicureadas desde primera hora del día. 

Pocas españolas se atreverían a exhibirse a rayo de sol con esas variaciones sobre uno o dos temas con sus espectaculares bordados y hombreras tan marcadas.

Muy graciosos aunque algo invernales sus abrigos divididos por cremalleras. Más posibilidades comerciales tienen para España sus negros trajes de cóctel y noche asimétricos, un poco cabaret berlinés, rematados por encaje.

Hannibal Laguna presentó una colección llamada Butterfly Dreams, en la que los grandes protagonistas fueron unos trajes de fiesta espectaculares en gasa de tonalidades pastel de drapeados helénicos, algunos realzados por unos corsages de hojarasca bordada en oro. 

Entremedias volvió a sacar, como en temporadas anteriores, algunos de sus vestidos fetiche de raso importante, escote palabra de honor, formas ceñidas y pechera escarolada.

Son esos que adoran sus clientas y admiradoras que decoraban el front row, María Teresa Campos, Isabel Gemio, Ana García Obregón o Yvonne Reyes, entre otras.

María Escoté nos ofreció una colección delirante inspirada en la cultura afroamericana de mediados de los 80, con unos favorecedores conjuntos formados, por minifalda y "perfecto" en piel metalizada.

Leyre Valiente, siempre fiel al cómic, presentó a Olympia, la mujer mecánica con su ajuar en neopreno y metal troquelado.


Como en todas las ediciones de primavera-verano, vimos las colecciones de ropa de baño de tres de los grandes maestros del tema: Andrés Sardá, Montse Bassons y Dolores Cortés. Fascinante la colección de esta última inspirada en Japón.

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