01 septiembre 2014

Eli Wallach el feo de El bueno, el feo y el malo

Eli Wallach entró en el parnaso cinéfilo encarnando a Tuco Benedico, el feo de El bueno, el feo y el malo (1966). Pero antes de recrear a aquel simpático forajido de la última entrega de la Trilogía del dólar, del gran Sergio Leone, este veterano actor de reparto fallecido hace unos días ya había demostrado todo lo bueno que era a las órdenes de Elia Kazan, John Huston o Richard Brooks. 

Sólo fueron tres de los destacados realizadores del Hollywood de su tiempo para los que interpretó con notable acierto a villanos, supervivientes y toda suerte de desdichados. 

Distinguido con un Oscar honorífico en 2010 por el conjunto de su filmografía, ésta es tan extensa que nadie diría que Wallach llegó al cine con 40 años. Aun así tuvo tiempo de intervenir en casi 170 títulos sin desatender nunca a su primera vocación: el teatro.

Nacido en Nueva York en 1915, en sus comienzos, el futuro actor se interesó por la docencia. Pero la interpretación se cruzó en su camino y abandonó los estudios para ingresar en la Neighborhood Playhouse. 

En esta compañía, interpretando a Tennessee Williams, llamó la atención del mismísimo Elia Kazan –junto con Richard Brooks el gran director de Williams–, quien en 1948 lo invitó a perfeccionar su técnica en el legendario Actor’s Studio. 


De aquella academia neoyorquina salieron algunos de los intérpretes que, con sus recreaciones psicológicas de los personajes –el célebre Método de Stanislavski–, revolucionaron las dos pantallas en los años venideros. Wallach, tras seguir interpretando a Williams en los escenarios y en los espacios dramáticos televisivos, lo hizo por primera vez en el cine en Baby Doll. Dirigida por Kazan en el año 56, es una de las cintas canónicas del Actor’s Studio.

Con tan brillante debut, no le faltaron personajes de enjundia desde el comienzo de su carrera. Para Don Siegel protagonizó The Lineup (1958) y para John Huston fue el Guido de Vidas rebeldes (1960), uno de los grandes perdedores de Wallach. 


Su primer malote en un western se lo brindó unos meses antes John Sturges al confiarle el Calvera de Los siete magníficos (1960). Se abrió así la impagable galería de villanos, entre cínicos, despiadados y socarrones, que legó a tan entrañable género. 

El Charlie Gant de La conquista del Oeste (J. Ford, H. Hathaway, G. Marshall, 1962) fue otro de sus mejores ejemplos.

Favorito del público, pocos fueron tan buenos como Wallach para recrear a los grandes mezquinos. Sin olvidar nunca sus trabajos en Hollywood, en películas del calibre de Lord Jim (Richard Brooks, 1965) o Cómo robar un millón y... (William Wyler, 1966), tras el éxito internacional de El bueno, el feo y el malo fue una presencia frecuente en el spaghetti western. ¡Viva la muerte... tuya! (Duccio Tessari, 1971) sobresale entre aquellas antiguas glorias de la sesión continua en programa doble.


Dotado igualmente para la creación de sombríos mafiosos, el actor dio vida al Don Altobello de la tercera entrega de El Padrino (Francis Ford Coppola, 1990). Fernando Trueba, para quien fue el Sheldon de Two Much (1995), le devolvió la socarronería de otros tiempos. 

Casado desde 1948 con la actriz Anne Jackson, aunque apenas coincidió con ella en los rodajes, sí lo hizo con frecuencia en los escenarios, donde solían trabajar juntos. 

Clint Eastwood, su antiguo compañero junto a Leone, lo incorporó al reparto de Mystic River (2003). Sendas colaboraciones, con Roman Polanski en El escritor (2010) y Oliver Stone en Wall Street 2 (ambas de 2010), cerraron su filmografía.



Eli Wallach, actor, nació el 7 de diciembre de 1915 en Nueva York y murió en la misma ciudad el 24 de junio de 2014.

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