25 junio 2013

A Paris Jackson le quedan meses de rehabilitación


El mundo de Paris Jackson es mucho más oscuro de lo que podía parecer. Lo suyo hace unas semanas no fue ni mucho menos una llamada de atención, como lo pintaron las autoridades, sino un intento de suicidio en toda regla, motivo por el cual necesitará meses de tratamiento en un centro de rehabilitación, según el portal TMZ. 

Así lo demuestran las fotos que ha colgado la hija de Michael Jackson en una red social, Tumblr, imágenes inquietantes sobre su intento de suicidio con unas tijeras, cortándose el brazo con una incisión profunda, y acompañándolas de frases deprimentes: «Me odio a mí misma» o «No puedo sentir nada más que tristeza». 
Por eso no ha salido del complejo médico de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) en el que fue ingresada hace semanas, a la espera de ser trasladada a otro centro especializado en cuestiones psiquiátricas. Nadie sabe a ciencia cierta cuál será el programa a seguir y si se quedará o no en California, por aquello de sacudirse de encima la presión de los medios. Podría ser devastador para una chica de 15 años de edad. 


Su familia se ha limitado a asegurar que está «mucho mejor», aunque sin entrar en detalles sobre su inmediato futuro, con un calendario que pasaría por estar una semana en el hospital donde se encuentra, para trasladarse después a una clínica en la que no pueda volver a intentar suicidarse. «No va a volver a casa de inmediato tras salir del hospital. En algún momento, cuando esté preparada, volverá a su casa de Calasabas», indicó una fuente. 


Los motivos sobre su depresión han sido muy variados y siempre atribuidos a voces anónimas, sin que nadie de su familia haya salido oficialmente a la palestra a explicar lo que pasó exactamente aquella madrugada del miércoles 5 de junio, cuando la menor tuvo que ser trasladada de emergencia a una sala de emergencias cercana. 

Por un lado se dijo que echaba de menos a su padre, fallecido hace tres años por una sobredosis de anestesia, y por otro que ansiaba más libertad, condicionada en sus movimientos por su abuela, Katherine Jackson, y por todos sus tíos, una influencia de la que parece estar harta. 
Se habló de un concierto de Marilyn Manson en Los Ángeles al que no pudo asistir y que pudo haber desatado el intento de suicidio, y de sus ganas de pasar más tiempo con su madre biológica, Debbie Rowe, molesta por la constante atención de las cámaras y por estar siempre bajo el escrutinio de la prensa sensacionalista. 


También estuvo metida en el ajo su madrina e íntima amiga del intérprete de Thriller y Man in the Moon, Diana Ross, con la que la adolescente parece querer irse a vivir. «Quiero vivir. Simplemente no quiero vivir más en casa. Me siento reprimida allí», aseguró la joven heredera del imperio musical, según una fuente cercana. «Echo de menos a mi padre y a veces siento que no puedo hablar a nadie de cómo me siento. Quiero ir a vivir con Diana, que era una de las amigas más cercanas de mi padre». 


Y no faltó quien hablara de lo mucho que le afectó el enterarse de que no comparte el mismo padre biológico que su hermano mayor, Prince, con quien siempre ha mantenido una relación muy estrecha. 
A falta de una confirmación oficial, todo son especulaciones sobre el futuro de la hija de Jacko. Durante un tiempo ella mismo pareció proyectar una imagen de seguridad y ganas de meterse en el mundo del entretenimiento, pero ahora todo ha quedado en entredicho. 


Según su padrino, Mark Lester, una vez que salga de esta crisis nerviosa, ella misma pondrá un mundo de distancia con los Jackson y toda su ralea, espantada por una vida anodina y llena de extravagancias, como el llevar la cara tapada constantemente en público o el no haber podido asistir a un colegio con otros niños, confinada en su casa con tutores. Claro que no lo tendrá fácil. Es hija del rey del pop, le guste o no.

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