El pasado 16 de diciembre, Jyoti Amge cumplió 18 años y también su sueño. Había alcanzado la mayoría de edad y por fin podía ser coronada como la mujer más bajita del mundo y formar parte del Libro Guinness. La edición de este año se presentó ayer en Londres y ella fue una de las grandes estrellas del acto.
Jyoti mide 62,8 centímetros y ha arrebatado el título a la americana Brigette Jordan. Esta chica india, presumida, a la que le encanta maquillarse y el día de su mayoría de edad eligió uno de las decenas de saris que adora ponerse para las fiestas, ha declarado a la prensa local que, después de haber conseguido su gran deseo, ahora está a punto de lograr otro: entrar en la industria de Bollywood. «Siempre he querido ser actriz», asegura, «y creo que puedo hacer un buen trabajo en Bollywood. Me gusta hacer feliz a la gente y demostrar que da igual cómo seas, que si quieres conseguir algo, puedes». Actualmente está en conversaciones para participar en dos películas y quiere que ésa sea su carrera. De hecho, ya ha participado en el vídeo de una de las estrellas del Bhangra Rap indio, Mika Singh.
Cuando cumplió tres años, sus padres descubrieron que tenía acondroplastia, un tipo de enanismo. Pero siempre se empeñaron en que su hija tuviera una vida lo más normal posible. En varias fotos de la prensa india aparece con sus compañeras de colegio, con el mismo uniforme. Eso sí, le han tenido que fabricar un pupitre especial. Según ha reconocido más de una vez, cuando la gente la conoce y habla con ella, «se olvidan de mi estatura, porque éste es un problema físico y no mental, aunque mucha gente piense que tengo una deficiencia en ese sentido».
En su ciudad natal, Nagpur, en el estado de Maharashtra, se ha convertido en una auténtica celebridad. Jyoti, que en su actitud y sus declaraciones se ve que tiene auténtica madera de estrella, afirma, sin una pizca de modestia: «Yo he puesto a Nagpur en el mapa del mundo. Antes nadie sabía dónde estaba esta ciudad, pero ahora se ha convertido en un sitio conocido».
Lo que tiene también muy claro es que no quiere que se aprovechen de su fama. Algunos políticos de la zona han querido hacerse la foto con la celebridad local y ella se ha negado. «Ser famoso tiene su lado bueno y su lado malo», comenta, «y no quiero que me usen».
Y que todo pase en esos países dejados de la mano de dios... ay señor!!
ResponderEliminar