Heidi Agan |
Heidi Agan, de 32 años, se ganaba hasta hace muy poco la vida limpiando mesas en el Frankie and Benny's de Corby, Northamptonshire. Por unas seis libras la hora (7,5 euros), Heidi sudaba mucho para poder costear los gastos de la casa y sacar adelante a sus dos hijos, Blake y Abigail. La niña fue precisamente una de las primera en darse cuenta del parecido de su madre con Kate Middleton. Cada vez que la veía en Hello!, señalaba las fotos y decía: «Mira, mamá, estás aquí».
En su trabajo, raro era el día que ningún cliente le venía con la cantinela: «Oiga, ¿no será usted la duquesa de Cambridge?». Algunos no resistían la tentación de sacarse una foto junto a la doble de Kate, con su humilde delantal de camarera…
Heidi no acababa de verse el parecido, pero por si acaso empezó a depilarse las cejas y peinarse a lo Kate, y así fue como cambió su vida de Cenicienta. La oferta se la hizo una televisión australiana. ¡Entrevista exclusiva con la doble de Middleton, en vísperas de su boda real!
En un solo día acabó ganando lo que en todo un mes como camarera. Había llegado el momento de sacarle jugo al parecido con la futura reina. Y empezó por cuenta propia, prestándose a aparecer en fiestas y a ofrecerse a agencias publicitarias.
Desde febrero, Heidi se ha convertido en la modelo más requerida en Susan Scott Lookalikes, la agencia de dobles de famosos. Ahora cobra 650 libras por sesión (unos 800 euros) y aparece rutilante en periódicos como el Daily Mail.
«Todavía no me han pedido ponerme en topless, pero si lo hicieran diría que no. ¡Tengo dos hijos!», dice Agan, que confiesa haber sufrido estos días por el desnudo de Kate. «Si alguien me hubiera hecho eso a mí, le habría llevado sin duda a la policía».
«Todo lo que intentaban Guillerno y Kate era ser un pareja normal», argumenta Heidi. De tanto hacerse pasar por ella, Heidi le ha tomado simpatía a la duquesa. «Lo que han hecho con ella es una terrible invasión de la privacidad. ¡Me he vuelto muy partidaria de los royals!».
Con sus nuevos emolumentos, Heidi ha renovado su vestuario para ponerse a la altura de la propia Kate. El más solicitado es el traje azul de Issa que lució durante el anuncio de su compromiso. Todos los meses se deja también un pico en zapatos y complementos. Gracias a la ayuda de los expertos de la agencia, ha aprendido a cuadrar los gestos y perfeccionar la sonrisa.
El parecido es muy ostensible de la nariz hacia arriba, aunque la doble tiene un rostro más largo y una quijada más poderosa que la duquesa. Pese a haber sido dos veces madre, Heidi no ha tenido problemas para guardar la línea y conservar la talla de Kate, dos años más joven.
Su trabajo como la viva imagen de Middleton, asegura, es «mucho más divertido y gratificante» que el de camarera. Aunque a veces la llegan propuestas extrañas, como la de participar en un juego de habilidad física, Twister, compitiendo tablero con los dobles del príncipe Guillermo y la reina Isabel II… «Se ve que la gente disfruta poniéndonos en situaciones en las que nunca veremos a los miembros de la familia real».
La utilizaran para los momentos peligrosos, que no maten a la de verdad. Por cierto, tu vestido es más bonito que el que lleva la paya esa.
ResponderEliminarSi es que no hay comparación!! premah
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