Ni la falta de tiempo, ni el típico «para qué empezar ahora cuando no he corrido en mi vida». Cada vez quedan menos excusas para no enfundarse unas mallas y calzarse las zapatillas. No es ningún secreto que el ejercicio mejora la salud, pero ahora nuevos datos revelan que no sólo se vive mejor, sino que correr todos los días un rato de forma suave permite disfrutar de la vida durante más tiempo.
Esto es lo que asegura Peter Schnohr, doctor de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y uno de los investigadores del Estudio del Corazón de la ciudad de Copenhague, un enorme análisis prospectivo que, desde 1976, se ha encargado de desmitificar las leyendas urbanas que rodean al mundo del corredor.
Cuando en 1970 murieron varios corredores aficionados de mediana edad, saltaron las alarmas y una pregunta: ¿correr es beneficioso para aquellos que no se dedican de forma profesional a ello?
Peter |
Para conocer la respuesta, el doctor Schnohr y sus compañeros realizaron una exhaustiva encuesta en la que preguntaban a 20.000 hombres y mujeres de entre 20 a 93 años por sus hábitos de vida, si practicaban footing, cuánto tiempo corrían a la semana y a qué ritmo.
Tras seguir a los participantes durante un tiempo máximo de 35 años, vieron que 10.158 personas que no estaban acostumbradas a correr, o lo habían hecho durante poco tiempo, habían fallecido frente a los 122 que sí mantenían este hábito. «Podemos decir con certeza que correr regularmente de una forma moderada aumenta la longevidad», apunta el doctor Schnohr. «El análisis mostró que el riesgo de muerte se redujo, tanto para hombres como para mujeres, un 44% y que, si ajustamos estos datos a la edad, hablamos de una esperanza de vida de 6,2 años en hombres y de 5,6 en mujeres».
Para los que tienen poco tiempo, este doctor danés tiene otra buena noticia: «Lo mejor es que en realidad no se necesita hacer mucho para cosechar los beneficios». Exactamente, trotar a lo largo de la semana de una a dos horas y media es suficiente para disfrutar durante más tiempo de la vida. «Los resultados son una demostración más de la importancia de practicar deporte, aunque sea de forma moderada», recalca la doctora Araceli Boraita, cardióloga del Consejo Superior del Deporte (CSD).
Araceli |
Para esta especialista, la causa de muerte durante pruebas de resistencia tan duras como maratones se debe a que personas no habituadas a ejercicios tan exigentes «piden más a su cuerpo de lo que está acostumbrado, con lo que liberan las hormonas del estrés que demandan al cuerpo mayores cantidades de oxígeno. Con esto se pueden producir arritmias o isquemias».
Pero si nos mantenemos en los márgenes adecuados, esta especialista también concuerda con la teoría de la longevidad: «Otros estudios han confirmado el mismo beneficio, aunque para deportistas de élite. Una esperanza de vida seis años mayor en general y no sólo eso, sino mayor calidad de vida, pues se demuestra que pasan menos tiempo en el hospital y sufren menos enfermedades cardiovasculares, respiratorias e, incluso, cáncer».
¿Y dónde está el límite de lo moderado? Tanto el doctor Schnohr como la doctora Boraita explican que hay que observar la respiración: «En el momento en que ves que te quedas sin aire, que no puedes hablar, que no tienes aliento, sería el momento de parar y bajar la intensidad», recomienda.
«El ejercicio aeróbico, como puede ser el footing, de forma moderada no tiene riesgos para la salud y ayuda al organismo, pero si lo que pretendemos es prepararnos para una prueba de resistencia, lo mejor primero es acudir al médico para hacernos un chequeo general y que allí nos expliquen el plan que debemos realizar».
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