12 diciembre 2012

Las autores de la broma de Isabel II están hundidos



Con el rostro compungido y el pañuelo a mano, Mel Greig y Michael Christian dieron la cara al mismo tiempo ante las cámaras. Los locutores australianos que gastaron la broma radiofónica sobre Isabel II que acabó en tragedia admitieron ayer que están «destrozados» por el suicidio de la enfermera Jacintha Saldanha y trasmitieron su pesar a la familia. Pero al mismo tiempo intentaron exculparse. 

Mientras los locutores reclamaban toda la atención mediática, el hospital Eduardo VII y la emisora Sydney 2Day FM se enzarzaban en una nueva disputa dialéctica por el trágico incidente. La radio aseguró que había llamado hasta cinco veces al hospital antes de emitir la conversación de los locutores con las dos enfermeras, previamente grabada. Una portavoz del hospital aseguró ayer, sin embargo, que no hubo más llamadas después de la pesada broma: «Nadie de la emisora de radio intentó hablar con la dirección del hospital o contactó con la compañía que lleva los contactos con los medios». 


«Nuestra idea era haber hecho una llamada simple e inofensiva, de unos 30 segundos y después colgar», explicó por su parte el locutor Michael Christian en una entrevista con el canal 9 australiano. «Era un idea inocente, divertida y ligera… Creo que nadie podría haber predicho el desenlace trágico». 
«Todos los medios habían explotado la noticia del ingreso de Kate Middleton en el hospital y nosotros quisimos ofrecer un ángulo distinto, jugando con nuestros acentos tontos», se excusó Mel Greig, que no pudo contener las lágrimas. 

«Es la peor llamada que he recibido en mi vida», declaró la locutora y ex modelo de 30 años, en el momento de recordar cómo se enteró de la muerte de la enfermera. «Lo primero que pregunté fue: '¿Era madre y tenía hijos?' No ha habido un momento en el que haya dejado de pensar en esa familia y en todo lo que tiene que estar pasando. Que nosotros hayamos podido contribuir a lo ocurrido es descorazonador». 
«Estamos destrozados, hechos pedazos, con el corazón roto», confesó el locutor de 25 años Michael Christian. «Queremos trasmitir nuestras condolencias a la familia. Espero de que sus hijos tengan el amor, el apoyo y el cuidado que necesitan». 

La enfermera

«No hay nada que me pueda hacer sentir peor de lo que me siento en estos momentos», concluyó Mel Greig, con el rostro enrojecido e hinchado por el llanto, en una imagen muy distinta de la provocadora que la propia emisora exhibía en su web como gancho tras la «broma real». 


Los dos locutores fueron retirados de antena el mismo viernes y sus cuentas de Twitter fueron suspendidas ante la avalancha de amenazas y mensajes de odio. Durante dos días, Greig y Christian mantuvieron un total silencio y recibieron «asesoramiento psicológico», según la emisora. El propietario de Sydney 2Day FM, Rhys Holleran, director ejecutivo de Southern Cross Austereo, exculpó a los locutores alegando que no habían hecho «nada ilegal». 

Scotland Yard ha hecho llegar a las autoridades australianas su intención de interrogar a los locutores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario