08 agosto 2012

Madonna sale en defensa del grupo feminista Pussy Riot.



A Rusia se le aparecen los anticristos uno dentro de otro, como muñecas matrioshkas. Madonna, que ofreció ayer un concierto en Moscú, ha puesto en pie de guerra a la Iglesia Ortodoxa rusa, últimamente más agitada que nunca. La cantante salió en defensa de las tres integrantes del grupo feminista-punk Pussy Riot, que conocerán su sentencia hoy o mañana tras ser juzgadas por cantar contra el presidente, Vladimir Putin, en el altar de una catedral. La Iglesia rusa las ha comparado con Satán, pero Madonna, otra bestia negra de los tradicionalistas, dijo a los rusos que está en contra de la censura y aseguró que sería una «tragedia» que las tres componentes de Pussy Riot fueran condenadas a una pena de cárcel por una gamberrada. 


Tanto el Kremlin como el patriarca Kirill parecen haber hecho de este caso una cruzada en favor de la Rusia tradicional y el respeto a las normas establecidas, pero lo único que están consiguiendo es que un caso de orden público se eleve hasta el plano internacional. Faith No More, Franz Ferdinand, Sting, Danny De Vito y los Red Hot Chili Peppers están entre los nombres que han salido en defensa de Nadia, Katya y Masha, que a principios de año eran casi unas desconocidas. 


Para aumentar la zozobra eclesial, una activista del grupo feminista ucraniano Femen se arrojó medio desnuda sobre el patriarca Kirill durante una reciente visita a Kiev, provocando todavía más enfado dentro de la iglesia por el cariz que está tomando esta «guerra contra Dios». Ayer Madonna hizo esperar a la multitud, blasfemó un poco al subir al escenario y tocó el tema que todos esperaban: «Estas tres chicas hicieron algo muy valiente y rezo por su libertad». 


No fue el de anoche un golpe inesperado. A Madonna la aguardaban los cristianos ortodoxos en guardia desde hace semanas. La cantante había dicho en una entrevista con el periódico ruso Kommersant que las Pussy Riot deberían haber interpretado su canción Holy Shit (Mierda sagrada) fuera de la catedral de Cristo Salvador, pero que no se merecen los tres años de prisión que pidió ayer la acusación para ellas. Nadezhda Tolokonikova, Maria Aliojina y Ekaterina Samutsevich llevan entre rejas desde que fueron detenidas en marzo. Varias asociaciones de cristianos han pedido formalmente que se prohíban sus actuaciones en suelo ruso por «burlarse de nuestras leyes y tradiciones». En las inmediaciones del estadio olímpico, donde se celebraba el concierto, acudieron grupos de creyentes para quemar fotos de Madonna. «Allí estaremos para decir 'no' a la blasfemia», adelantó Kirill Frolov, de la Asociación de Expertos Ortodoxos. 

Madonna

Más controvertido puede ser el concierto de mañana en San Petersburgo. Madonna ha dicho públicamente que va a desafiar la reciente ley contra la propaganda homosexual implantada en la segunda ciudad de Rusia, donde además nació el presidente Vladimir Putin. La normativa, que ya ha motivado denuncias por exhibir una bandera gay o reivindicar derechos para los homosexuales, ha sido calificada de «atrocidad ridícula» por la cantante estadounidense. Las autoridades de la ciudad están dispuestas a multar a la reina del pop si promueve el movimiento gay desde el escenario. «Los sacrílegos y propagandistas de la sodomía no tienen sitio en Rusia», han advertido los ortodoxos. Algunos gays también preferirían que no viniese: «Lo honesto sería suspender la actuación a modo de protesta en lugar de hacer dinero aquí», explicó a este periódico Dimitri Musolin, del colectivo gay de San Petersburgo. 


Nadie puede negarle a la diva su buen ojo para los negocios. Prueba de ello es que ha aprovechado su turbulento aterrizaje en Rusia para inaugurar un exclusivo gimnasio en la capital perteneciente a su cadena Hard Candy, una inversión bastante oportuna en un país en el que el negocio de los gimnasios ha pasado de apenas existir hace una década a estar creciendo al 20% en la actualidad. Moscú es la segunda plaza extranjera que conquista después de iniciar su expansión internacional en Santiago de Chile. Sudar en los 3.000 metros cuadrados, que llevan abiertos desde enero, cuesta entre 1.000 y 4.000 euros al año. Los clientes pueden elegir entre 80 tipos distintos de entrenamiento, incluidos algunos diseñados especialmente por Madonna.


2 comentarios:

  1. MUY BIEN POR EL GOBIERNO Y LA IGLESIA ORTODOXA PERO MAS POR EL PUEBLO RUSO!!!!

    No al imperialismo de la perversiòn y sus agentes de difusión.

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  2. La vieja canca esta todavía despelotándose por ahí, a ver cuando se jubila.

    Además, esta abuela es retrasada mental, no hay más que observarla en la entrevista que le hicieron los de martes y trece:

    http://www.youtube.com/watch?v=ZvThfIOWXuw

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