Todo el mundo es bueno, pero de entre tanta gente casi nadie veía el programa homónimo. El título del espacio de Telecinco se quedó en una declaración de intenciones, con una audiencia que en sus tres primeras entregas invitaba más bien al desánimo. El pasado martes, Mediaset dijo basta y canceló el programa, el quinto proyecto consecutivo que no funciona con Pilar Rubio al frente, tras Cántame una canción, OT, Piratas y XXS.
El copresentador, José Corbacho, podrá volver a ocupar su silla en Tú sí que vales transcurrido el parón estival o centrarse en producir con El Terrat. Rubio se ve obligada a empezar de cero... una vez más.
«La única explicación de que no haya funcionado es que no le ha gustado al público. Es una responsabilidad coral. No se puede echar la culpa a Pilar Rubio», consideran fuentes de Telecinco. «Como tres de cada cuatro estrenos, Todo el mundo es bueno no ha dado con lo que quería la audiencia. Los rivales no han sido fáciles, como Hispania o Pulseras rojas. Pilar Rubio es una curranta. Ha tenido mala suerte», advierten desde la productora del programa, La Competencia. El espacio deja el prime time del lunes, por lo que ofrecerá los seis programas ya grabados que restan por emitir en el late night del verano.
Pilar Rubio, atraída por «la apuesta por la ficción y el cine» de Telecinco según reconoció a este diario, dejó atrás su labor de reportera en La Sexta a finales de 2009, un vuelco que cogió por sorpresa incluso a sus compañeros en Sé lo que hicisteis, que tenían como blanco de buena parte de sus bromas a la cadena de Mediaset.
Rubio subió al escenario con ¡Más que baile!, titulado así a raíz de una disputa legal con su predecesor en TVE, ¡Mira quién baila!, pero se despidió en Telecinco con estos datos: una victoria de Belén Esteban y un 17,7% de cuota (2.933.000 espectadores). Para formarse como presentadora, Rubio optó tomar lecciones de una veterana periodista, aunque por decisión propia no completó el periodo de clases inicialmente acordado, según ha podido saber este diario. Cántame una canción, otro talent pero con participantes menores de edad, no fue capaz de dar el estirón: se quedó en tres ediciones, con un seguimiento en su última entrega de 1.338.000 espectadores (7,7%).
Tras dar las campanadas junto con Marta Fernández y Sara Carbonero (con peor registro del trío que el que alcanzara Belén Esteban la Nochevieja anterior), Rubio tomó las riendas de OT, tercer formato que la presentadora encabezaba para Gestmusic Endemol, además del más ambicioso. Las bajas audiencias y los altos costes llevaron a Telecinco a adelantar la gala final, una despedida que congregó a 2.576.000 espectadores (14,7%). Mirta Drago, directora de Comunicación de Mediaset España, sacó a la luz recientemente que desde la productora se «boicoteó el trabajo de Pilar». Desde Gestmusic Endemol prefieren no hacer declaraciones.
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