Quería ser famoso a toda costa y lo ha conseguido. De hecho, Luka Rocco Magnotta es el hombre más buscado de Canadá. Este actor porno bisexual, que ha trabajado en películas para adultos de bajo presupuesto, ha logrado, sí, que finalmente todo el mundo se fijara en él, aunque no precisamente por sus dotes ante la cámara. Los miembros del cuerpo que han dado mucho que hablar pertenecen a otro, a su supuesta víctima.
Su nombre se une desde el miércoles pasado al del supuesto autor de unos macabros envíos que han conmocionado a medio planeta. Primero, fue el hallazgo del torso de un cadáver desmembrado el que puso a la policía en alerta. Después, un pie ensangrentado recibido en la sede del gobernante Partido Conservador. Y una mano a una oficina postal...
Incluso se investiga si otros restos humanos encontrados en maletas y cajas de otros lugares de Montreal pertenecen a la misma víctima y llevan la firma del mismo autor: Luka Rocco Magnotta.
A sus 29 años, este joven de rasgos afeminados y obsesionado con la cirugía estética deja un rastro muy visible en la Red. Nació como Eric Clinton Newman, pero en 2006 decidió cambiar su nombre por el que le ha hecho mundialmente conocido, quizá para emular a uno de sus ídolos del porno, la popular estrella italiana Rocco Sifredi.
Sus trabajos en el cine para adultos no le reportaron el éxito esperado y buscó otras salidas. La Red le ofreció el escaparate que necesitaba para mostrar al mundo sus perversiones. Comenzó subiendo vídeos de contenido sexual, mientras en blogs y redes sociales ofrecía consejos sobre cómo convertirse en una estrella del porno. Con el tiempo, sus grabaciones fueron, sin embargo, tiñéndose de un tinte gore. Sus vídeos, colgados en Youtube, torturando hasta la muerte a dos pequeños gatitos suscitaron una oleada de protestas, y se llegó incluso a crear un grupo de Facebook para tratar de localizar al autor de las siniestras imágenes.
Pero lejos de acabar con sus macabras aficiones, este también modelo ocasional siguió subiendo vídeos cada vez más violentos. El último del que se sospecha que es autor muestra un asesinato en directo. Pero no sólo se ve cómo mata a su víctima, sino también cómo la descuartiza y se masturba con ella. Como el protagonista de la novela de Bret Easton Ellis, American Psycho, llevada también a la gran pantalla, Rocco se recrea en el dolor de sus víctimas y en su rostro se refleja el placer que acompaña siempre a los actos de cualquier psicópata.
Narcisista y obsesionado con su imagen, asegura, sin embargo, que no le preocupa lo que los demás piensen de él. «Las opiniones de la gente no me importan, la vida sólo se vive una vez. No permitas que otros te influyan, no seas un cobarde», aconsejaba en varias páginas web en las que confesaba haber sido víctima de abusos sexuales en su infancia.
Alejado de su familia, con la que no mantiene relación alguna, su nombre acaparó la atención pública por primera vez hace cinco años. Entonces se le relacionó con la asesina en serie canadiense Karla Homolka, condenada en 1991 por la violación y el asesinato de dos chicas adolescentes y su hermana. Aunque Rocco no dudó en desmentir que estuviera saliendo con ella y afirmaba estar viviendo un auténtico infierno con esas insinuaciones, no faltaron quienes aseguraron que se inventó esta relación como una nueva manera de ganar notoriedad.
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