Dimitri Ivanyuta era hasta el sábado una de las 31 víctimas del avión que chocó contra el suelo en la ciudad siberiana de Tiumen hace ocho días. En su muro de la red social Vkontakte, el Facebook ruso, sus amigos llevaban llorándole desde que, poco después de la catástrofe, su nombre apareciese entre la lista oficial de cadáveres hallados entre el montón de chatarra y cenizas al que quedó reducido el fuselaje del ATR 72-200.
Pero la historia dio un giro dramático cuando apareció en su muro un mensaje asegurando que Dimitri no había muerto carbonizado, sino que estaba vivo en el hospital aunque registrado bajo otro nombre.
De la pena y el recuerdo se pasó a la alegría y la curiosidad por esta historia, que tiene inevitablemente una cara amarga. Dimitri había sido registrado bajo el nombre Konstantin Pail, que es quien en realidad murió junto con los otros 30 ocupantes de un avión que llevaba a 43 personas.
Aunque no hay confirmación oficial de la historia, Dimitri ha sido identificado por sus familiares, según el diario Komsomolskaya Pravda. Y la familia de Konstantin Pail ha pedido un análisis de sangre que les ha confirmado la dura realidad, que quien permanece ingresado en cuidados intensivos no es su hijo.
Aunque todos declaran que quieren respetar el recuerdo de Konstantin, el numeroso entorno de Dimitri no puede disimular la euforia por el inesperado desenlace del macabro accidente. Al parecer, ingresó envuelto en la chaqueta de Konstantin y ahí se cruzaron sus vidas.
En Internet están pidiendo a la gente que encienda una vela y rece por él. Entre los que han seguido día a día los detalles de esta historia digna de una película de Hollywood está su profesor Denis Trushnikov, que se quedó congelado al ver el nombre de su ex alumno en la lista de fallecidos.
Pero no a todo el mundo le pilló tan de sorpresa. Durante la semana pasada, ya habían circulado rumores sobre posibles confusiones en la lista de víctimas y supervivientes, debido a que los resultados preliminares de ADN no habían logrado identificar cuatro cuerpos, según informa el canal de noticias ruso RT.
Anastasia Ivanyuta, la hermana de Dimitri, se lanzó junto con sus familiares a indagar entre los 11 pasajeros heridos que seguían hospitalizados.
Por una vez las plegarias fueron atendidas: «El doctor retiró la sábana que cubría el cadáver y dijimos: no es él», recuerda con alivio Anastasia en su blog. «No quiero, de momento, hacer más declaraciones por respeto a los familiares de Konstantin Pail, es muy duro para ellos y nosotros sabemos por lo que están pasando porque lo hemos sufrido», explica a este periódico la joven Ivanyuta, que ayer mismo abrió un blog para contar a todos la buena nueva. La primera entrada del mismo contenía dos palabras apresuradas: «Dimitri vive». De momento, todo lo que se sabe del joven es por boca de su hermana.
El ministerio de Salud ruso no ha hecho comentarios aún. «¿Cómo pueden esperar tanto unos padres torturados?», recordaba ayer la hermana del chico milagro. Los resultados definitivos de las pruebas de ADN se sabrán en una semana. Para ese día está previsto un funeral que ya no será el de Dimitri, sino el del malogrado Konstantin.
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