26 enero 2014

Justin Bieber odiado por los estadounidenses


Los estadounidenses, no todos pero un buen número de ellos, ya no soportan a Justin Bieber y lo quieren fuera del país: deportado a Canadá. 

El último incidente del cantante en Miami, detenido a las cuatro de la madrugada conduciendo a gran velocidad bajo los efectos del alcohol y la marihuana el jueves, parece haber colmado la paciencia de una parte de la sociedad, 13.000 personas, por el momento, que han firmado una petición en la sección habilitada por la Casa Blanca para que el público se manifieste: «We The People». 

«Nosotros, el pueblo de EEUU, sentimos que no estamos bien representados en el mundo de la cultura pop. Nos gustaría ver al peligroso, insensato, destructivo y consumidor de drogas Justin Bieber deportado y con su permiso de residencia revocado», explica el comunicado redactado por los peticionarios, que necesitan conseguir 73.000 firmas más antes del 22 de febrero para que la Casa Blanca considere la propuesta. 

Se trata de una cuestión que ha suscitado debate por la presunta discriminación que implica el caso, con miles de inmigrantes deportados al año por cuestiones muy inferiores al incidente que protagonizó Bieber.

No solo llevaba unas copas y unos porros encima, sino que dobló el límite de velocidad en una carrera ilegal a las cuatro de la mañana a bordo de su Lamborguini, desafiando después al agente que le detuvo. 

Claro que los que sueñan con ver al canadiense fuera de EEUU tendrán en contra a un poderoso equipo de abogados, los mismos que representan a Bieber, residente en EEUU con una visa O-1, la que se otorga a gente con un talento especial como el del canadiense. Es probable que todos esos millones de dólares y el fenómeno de masas que supone el joven de 19 años compliquen que la petición prospere. 


De momento, Bieber tendrá que enfrentar a la justicia al declarar el lunes ante un juez de Miami para determinar qué sucedió exactamente el jueves por la noche. Es el último de una cadena de incidentes, una espiral que ha convertido a Bieber en persona non grata.

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