"No sé si me merezco ser Hijo Predilecto, pero lo voy a
disfrutar a tope". No sólo lo disfruta, sino que lo está pagando con
creces.
Miguel Ríos se descolgó en el acto central del 28-F, el de la entrega
de las Medallas de Oro de Andalucía, con un discurso de crítica frontal hacia
el Gobierno del PP que contrasta con su declaración de amor al Ejecutivo
autonómico de PSOE e IU que preside la socialista Susana Díaz, a los que exculpó
de los recortes que está aplicando la Junta en materia educativa y de salud.
Tal vez por lo que sostuvo al inicio de su intervención de
que la aceptación del galardón "conlleva el compromiso tácito de defender
la causa por la que te abanderan", Miguel Ríos repartió estopa a
diestro... pero no a siniestro.
Criticó abiertamente la "propaganda"
del discurso económico del Gobierno central y arremetió contra Alberto
Ruiz-Gallardón (reclamando una tierra para las mujeres en la que "el ministro
de Justicia no mande en sus cuerpos").
Y contra el ministro de Educación,
José Ignacio Wert (haciendo un juego de palabras con la sensación "entre
el wért...igo y la desesperación" que experimentan en estos momentos lo
músicos andaluces), al tiempo que utilizó la distinción a la doctora Eloísa
Bayo, directora del servicio de Oncología en el hospital Juan Ramón Jiménez,
para felicitarla a ella y a los profesionales de la Sanidad madrileña por su
lucha contra la privatización finalmente abortada por la comunidad autónoma que
preside el popular Ignacio González.
En claro constraste, Miguel Ríos utilizó el guante blanco y
la pura alabanza al referirse al Ejecutivo andaluz y a su presidenta, Susana
Díaz.
"Ya sé que el Gobierno de la Junta hace lo que ningún otro por
encontrar políticas que logren paliar el sufrimiento de los ciudadanos y que,
dentro del estrecho margen de maniobra con el que se mueven las autonomías, es
muy difícil propugnar acciones para salvar a los más débiles.
Y que, cuando se
han inventado, han sido recurridas por el Gobierno central ante el Tribunal
Constitucional para paralizar su desarrollo en un flagrante desprecio a la
política", proclamó el rockero.
Ni siquiera cargó las tintas cuando se refirió
tangencialmente a los casos de corrupción andaluces. "No voy a dejar de
creer en la música porque algunos desafinen, simplemente dejaré de tocar con
ellos", es lo máximo que concedió.
Y es que, incluso cuando reivindicó
"que se pare el ladrillo" en la Vega de Granada "porque creo que
es una especie a proteger", el cantante granadino utilizó un tono casi de
disculpa ante los responsables políticos directos que, desde la Junta de
Andalucía, tienen la responsabilidad última de garantizar esa protección
medioambiental a la comarca.
También hubo concesiones a la brillantez: fue muy emocionado
su recuerdo al "inmortal" Paco de Lucía ("vivirás tanto como
vivan las estrellas"), y simpático su alegato sobre que "nunca fui
hijo pródigo porque mi madre, Andalucía, era viuda y estaba tiesa".
Además
se adentró y salió como pudo de un jardín al recordar antiguas coplillas
carnavaleras del humorista gráfico Andrés Vázquez de Sola, quien –"cuando
creíamos que ETA luchaba contra la dictadura"– bromeaba sobre el atentado
contra Carrero Blanco: "Le han pegado una hostia tan fenomenal / que ha
saltado por encima de la catedral".
Tras la intervención de Miguel Ríos le tocó el turno a
Susana Díaz, quien prácticamente hizo un copia y pega de su discurso de
investidura, sin apenas concesiones a la galería ni a los premiados. Los aplausos
fueron contados y casi forzados, quizá porque algunas reflexiones empiezan a
rayar su disco político.
Fue interrumpida con una única ovación, y simplemente
por pedir por mera cortesía permiso al auditorio para que, "siendo la
primera mujer en ostentar la Presidencia de la Junta, reivindique la igualdad
entre hombres y mujeres".
¿Novedades? Ninguna. Si acaso, que parece que Díaz pliega
velas respecto a la actuación de la Guardia Civil en la frontera de Ceuta y
Melilla después de que el consejero de Justicia e Interior, el ex fiscal Emilio
de Llera, calificara hace apenas una semana de "criminal" la
actuación ordenada por el Gobierno a la Guardia Civil.
Ahora la líder de los
socialistas andaluces habla genéricamente de "sucesos" y prefiere
subrayar la necesidad de una "acción concertada" de las políticas de
Estado con la Unión Europea, reclamando que "Europa que se proyecte al
sur" y abandonando la estrategia de culpar a responsables políticos del
Ejecutivo central de la tragedia de la muerte de inmigrantes.
En definitiva, que ningún enamoramiento provocó Díaz con su
discurso, más allá del consabido e incondicional de Miguel Ríos.
Todo lo
contrario que ocurrió con la interpretación del Himno de Andalucía de una de
las galardonadas con la Medalla de Oro, la cantaora Estrella Morente, que puso
los pelos de punta del respetable incorporando a la letra de Balas Infante un
llanto final de la guitarra flamenca por Paco de Lucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario