Pocas veces un trozo de roca de 50 metros de diámetro ha copado tantos titulares. Porque, por suerte, son pocas las ocasiones en las que un objeto de estas características se acerca a la Tierra y nos recuerda que vivimos en un planeta que flota en un caos galáctico. "El sistema solar se formó hace 4.500 millones de años y los meteoritos son los restos de la obra, que todavía están dando vueltas", explica Jaime Nomen, director del Observatorio Astronómico de Mallorca.
Nomen es el responsable de que este tipo de fenómenos haya vuelto a la primera plana desde que detectara la noche del 22 de febrero de 2012, desde la estación robótica de la sierra de La Sagra (Granada), el 2012DA14. Esta es la matrícula del asteroide que el próximo viernes rozará la Tierra (pasará a solo 27.000 kilómetros de distancia), convirtiéndose así en el que más se aproximará a nuestro planeta de los detectados hasta hoy. "Donde mejor se podrá ver es en el Pacífico sur, Indonesia y el sur de la India", explica el astrónomo que ha firmado alrededor de 660 artículos publicados por la NASA y la Unión Astronómica Internacional.
Desde España, el asteroide, que se desplaza a unos 6,15 kilómetros por segundo, se podrá observar también con prismáticos: "Se percibirá como un punto brillante del tamaño que se moverá deprisa", explica Miguel Bello, director gerente de Elecnor Deimos, empresa especializada en el desarrollo de sistemas para el espacio. Según Bello, aunque está descartado que pueda impactar contra la Tierra, "es de dimensiones suficientes como para hacer daño". Y si bien en esta ocasión no sucederá, igual que su compañero Nomen, Bello no duda de que, "tarde o temprano uno caerá en la Tierra. La pregunta es, ¿cuándo sucederá?".
RESTOS DE ROCAS. En el observatorio de La Sagra saltan cada noche entre "15 y 20 alarmas de detección de cuerpos en movimiento, algunas de las cuales son falsas", explica Nomen. Los que llegan a impactar y entrar en la Tierra se desintegran. Muchas veces se pueden recoger muestras en la superficie.
Sucedió en Sudán en 2008, donde se encontraron hasta 47 fragmentos con un total de 3,95 kilos de peso esparcidos en 29 kilómetros a la redonda. Según los científicos, la roca tenía el tamaño de un coche hasta que la atmósfera, que actúa como un escudo protector de la Tierra, provocó que se desintegrara.
"Nuestra misión es investigar para dar con los métodos que impidan un desastre en la Tierra a causa de un impacto, pues ocurrirá antes o después". Aunque aún no se ha probado ninguna, Bello afirma que con tecnología podríamos defendernos de un asteroide como el que causó la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años, y que se calcula que tenía unos 10 o 15 kilómetros de diámetro.
UNA OBRA GALÁCTICA. El 2012DA14 podría ser uno de los cascotes que al formarse el sistema solar no consiguieron aglutinarse con otros para formar planetas y continuaron circulando como pollo sin cabeza impactando entre sí y con cualquier cuerpo que se situara en su órbita.
La Luna no solo está abollada por múltiples impactos, sino que cada vez cobra más verosimilitud la teoría que afirma que ella misma es el producto de la colisión de la Tierra con un meteorito del tamaño de Marte. Los pedazos que saltaron por los aires como consecuencia del choque comenzaron a orbitar alrededor de nuestro planeta, uniéndose al cabo de los años y formando el actual satélite. ¿Es posible otro impacto de estas características hoy en día? "Un meteorito de estas dimensiones se detectaría con tiempo suficiente para intentar poner remedio. El problema son aquellos de menos de 150 metros. No brillan apenas y son difíciles de detectar, y prácticamente te los encuentras cuando los tienes encima. Por lo tanto sí que estamos expuestos a la colisión con un objeto pequeño".
¿UN OVNI SALVADOR? Los científicos sospechan que el lago Cheko, en la tundra siberiana, es en realidad el tupido velo de agua que la naturaleza ha corrido sobre la cicatriz que un asteroide o cometa, punto aún por dilucidar, dejó sobre la superficie de la tierra el 30 de junio de 1908 en Tunguska, Siberia. La onda expansiva de la explosión arrasó 2.000 kilómetros cuadrados de tierra y bosques, y se oyó a 500 de distancia. Mientras que los astrónomos debaten sobre la naturaleza concreta del NEO -Objeto Cercano a la Tierra, en sus siglas en inglés, de origen natural- que causó el desastre, otros colectivos han desarrollado las más variopintas teorías basadas en la falta de un cráter y de restos de materia del cuerpo que causó el fenómeno. Entre ellas la de Yuri Labvin, presidente de la Fundación del Fenómeno Espacial Tunguska, quien asegura que la explosión se debió al deliberado choque de un OVNI contra un asteroide gigante, lo que evitó un desastre de consecuencias mayores.
Otra teoría apocalíptica y fuera del contexto científico relacionada con los NEOS que ha llegado a calar hondo en la población es la que proclamaba el fin del mundo para el pasado 21 de diciembre de 2012, de acuero a un presunto calendario maya. Según dicha profecía, una lluvia de meteoros de fuego junto con fuertes terremotos que sacudirían la Tierra acabarían con el mundo tal y como hoy lo conocemos.
MADE IN SPAIN. Estados Unidos es el país responsable del 97% de la detección de este tipo de objetos. "Transformaron su programa de vigilancia espacial de la Guerra Fría en otro de vigilancia de NEOS", apunta Bello. España es la segunda potencia en este campo, con un 2% de las observaciones. "El éxito de nuestro país se debe fundamentalmente a la dedicación y motivación del equipo", explica Jaime Nomen, galardonado en dos ocasiones por la Comunidad científica internacional, "y a que contamos con un software muy potente y ágil".
Desde el observatorio granadino de La Sagra, estos vigilantes del espacio hacen guardia las 365 del año. "Nuestros telescopios de gran angular permiten detectar objetos a millones de kilómetros. Cuando una de las alarmas resulta ser cierta, se lo comunicamos inmediatamente a Estados Unidos para que ellos puedan seguir vigilándolo cuando llegue el día en España y la noche allí, y no perderlo", detalla Nomen.
El sistema es automático: cuando salta la alarma aparece en pantalla una imagen del NEO, y el astrónomo que está de guardia lo confirma con el telescopio. En todos los años que Nomen lleva observando el cielo, y tras descubrir 6.500 asteroides del Sistema Solar, jamás ha descubierto un objeto "que no fuera natural. Invito a huir de teorías que interpretan los fenómenos que suceden en el espacio en base a supuestas tradiciones mayas". Por el momento ninguno de los asteroides que ha detectados suponen ningún peligro para la Tierra. Aun así, pronto podremos saber si la tecnología desarrollada hasta el momento funcionaría en caso de que apareciera en el espacio una amenaza.
DON QUIJOTE EN EL ESPACIO. Con la misión Don Quijote, la Agencia Espacial Europea intentará probar por primera vez su capacidad para desviar un asteroide ya identificado de una posible colisión con la Tierra. El molino al que don Quijote intentará hacer frente es Apofis, un asteroide que se prevé pasará muy cerca de la Tierra en 2029 y 2036, y al que una pequeña colisión con otro asteroide podría desviar hacia nuestro planeta.
La probabilidad de impacto se sitúa en un uno sobre 50.000, explica Bello, y para reducirla a cero, la misión de la ESA, en la que participa Elecnor Deimos, es enviar dos sondas espaciales al asteroide con un doble cometido: por un lado, el orbitador Sancho estudiará sus características físicas y, por otro, el impactador Hidalgo debería chocar con Apofis para cambiar su trayectoria. Sabremos así si el hombre sería capaz de mitigar un asteroide que pusiera en riesgo nuestra existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario